«Tú, Dios, no rechazas el corazón dolorido y humilde.» SALMOS 51:19b BTI
En el encuentro con Jesús no hay reproche
Hay momentos en los que el corazón se encoge por culpa o por tristeza. Pero incluso ahí, descubrimos la gracia que acoge y transforma: el amor de Dios que no rechaza el corazón dolorido y humilde. “Tú, Dios, no rechazas el corazón dolorido y humilde” (Salmos 51:19b).
El Dios que encontramos en Jesús no utiliza nuestras caídas para hacernos sentir mal, ni nos chantajea con la culpa. En su mirada no hay juicio, solo ternura. Jesús no añade dolor al dolor: transforma la herida en posibilidad de vida nueva.
El Evangelio de la gracia que acoge y transforma
Jesús se acercó a quienes otros llamaban “pecadores” o “impuros”. Se detuvo en el camino para mirar a Zaqueo, aquel recaudador de impuestos que cargaba con la desconfianza de su gente. “Zaqueo, baja en seguida, porque hoy quiero hospedarme en tu casa” (Lucas 19:5-6), le dijo. Jesús mira a Zaqueo no para reprocharle, ni censurarle. En ese gesto, Jesús reveló el corazón mismo de Dios: la gracia que acoge y transforma antes de pedir explicaciones.
Cuando nos encontramos con esa mirada, algo cambia. No por obligación, sino porque sentimos que la vida puede empezar de nuevo. La gracia no fuerza el cambio; lo despierta. Quien se sabe amado, se atreve a transformarse.
Una fe que acoge y vive desde la gracia que acoge y transforma
En la Església Protestant Sant Pau creemos en una fe que no añade dolor al dolor, sino que abraza y acompaña. La gracia de Dios no es ley que acusa, sino amor que libera. Y en ese amor, la comunidad se hace casa, donde cada persona puede recibir y ofrecer consuelo.
Jesús sigue pronunciando la misma invitación de entonces: “Sígueme”. No como mandato, sino como camino de libertad, compasión y esperanza compartida.
Si deseas seguir profundizando, puedes leer más meditaciones sobre la gracia de Dios o sobre el seguimiento de Jesús.
Església Protestant Sant Pau – Una fe que acoge.
Basado en una meditación de Ignacio Simal (2017), adaptada por la Església Protestant Sant Pau conforme a su línea editorial actual.
