Orar para la vida
Domingo 3 de agosto de 2025 – La oración que enseña Jesús no es un ritual para huir del mundo, sino un camino para vivir en él con verdad, confianza y compasión. Predicación basada en Lucas 11:1-13.
Aprender a orar en el camino
Quienes siguen a Jesús le piden: “Señor, enséñanos a orar”. La petición no busca fórmulas mágicas, sino una vida orientada a Dios. La oración nace en el camino, entre cansancios y búsquedas, y se aprende practicándola.
Padre nuestro: una vida centrada en Dios
La oración que Jesús propone empieza por el nombre de Dios, el Reino y la voluntad. Antes que pedir, coloca la vida en referencia a Dios. Al pedir el pan cotidiano se reconoce la dependencia; al pedir perdón se abraza la reconciliación; al pedir ser libradas de la prueba se elige la confianza.
Insistencia que transforma el corazón
La parábola del amigo que llama a medianoche no habla de un Dios reacio, sino de una perseverancia que purifica el deseo. Pedir, buscar y llamar es caminar con Dios sin desistir, confiando en que quien ama escucha y responde.
El mejor don: el Espíritu Santo
Jesús concluye mostrando el corazón del Padre: si nosotros sabemos dar cosas buenas, ¿cuánto más Dios? La promesa es el Espíritu Santo, presencia que sostiene la vida, enciende la fe y abre caminos de justicia y cuidado.
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Este artículo está basado en la predicación de Ismael Gramaje, ofrecida el domingo 3 de agosto de 2025 en la Església Protestant Sant Pau.
Lectura bíblica:
Lucas 11:1-13 en Bible Gateway
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