¡Dios es Luz, Dios es Amor… Dios es VIDA! – Reflexiones que nos deja la predicación
Continuando la serie sobre las metáforas de Dios como luz y amor en 1ª de Juan. El mensaje de hoy se centra en cómo Dios ofrece una vida abundante y transformadora, en contraste con una existencia meramente superficial. Nuestro Pastor Ismael Gramaje, nos invita a reflexionar sobre tres pilares fundamentales de nuestra fe: Dios como luz, Dios como amor, y Dios como vida. Aunque las enseñanzas sobre Dios como luz y amor han sido abordadas en predicaciones anteriores, hoy se centra en la vida. Dios no solo es vida, sino que nos ofrece vida abundante y transformadora, como bien nos recuerda 1 Juan 5:1-6.
Este mensaje nos reta a considerar cómo la fe en Cristo, en este siglo XXI, nos invita a participar activamente en su proyecto de vida y transformación para el mundo. A continuación, exploraremos tres ideas clave de la predicación que pueden guiarnos en nuestra vida cristiana diaria.
1. La fe en Cristo que nos conecta con Dios: ¿Qué significa la fe en Cristo en el siglo XXI?
La fe en Jesús, el Cristo, es el punto de partida de nuestra vida cristiana. No basta con reconocer a Jesús como una figura histórica o un gran maestro moral. La esencia de nuestra fe es creer que Jesús es el Cristo, el Ungido de Dios, el Mesías. Esta creencia es la que nos engendra como hijos e hijas de Dios, y es la génesis de nuestra conexión con lo divino.
En el contexto del siglo I, la llegada del Cristo se entendía como la liberación del pueblo de Israel de la opresión. Hoy, en el siglo XXI, la fe en Cristo tiene un significado igualmente liberador, pero enfocado en las necesidades y desafíos actuales. Nos libera de nuestras propias cadenas internas y sociales, de las estructuras opresoras que aún prevalecen. Creer en Cristo hoy nos llama a abrirnos a nuevas realidades, a imaginar cómo Jesús actuaría y con quién se relacionaría en nuestro tiempo.
El pastor nos desafía a preguntarnos: ¿Qué significa para nosotros creer en el Cristo hoy? ¿Cómo esta fe en un Cristo vivo y presente transforma nuestras vidas? Nuestra fe en Cristo no debe ser estática o meramente tradicional, sino dinámica, capaz de adaptarse y responder a las realidades de nuestro tiempo, siempre guiada por el amor y la justicia.
2. La fe en Cristo que nos permite hacer nuestro su proyecto: ¿Cuál es su proyecto para nosotros?
El proyecto de Jesús no es simplemente personal, sino comunitario y global. Nos invita a participar en la transformación del mundo, en la creación de un Reino de Dios donde reine la justicia, el amor y la paz. La fe en Cristo no es una creencia pasiva, sino un compromiso activo con su misión de redención y transformación.
El pastor Gramaje nos recuerda que el proyecto de Jesús es liberador. Como iglesia, debemos preguntarnos constantemente: ¿Cómo podemos hacer nuestro el proyecto de vida que Dios nos ofrece? Esta pregunta nos invita a actuar con fe, a ser agentes de cambio en nuestras comunidades y en el mundo. Debemos vernos como parte de ese gran proyecto de Dios que busca humanizar, liberar y sanar a las personas de todas las formas de opresión y exclusión.
Cristo nos llama a vivir una vida abundante, a luchar por la dignidad y la justicia para todos. En la Iglesia Protestante Betel-Sant Pau, trabajamos por la acogida de la diversidad y en la pedagogía contra la homofobia, viviendo el evangelio de amor y gracia de Dios. Este es parte del proyecto que hemos hecho nuestro, y que continuamos desarrollando como testimonio de nuestra fe en Cristo.
3. La fe en Cristo que nos invita a la transformación del mundo: “Tomad mi yugo y aprended de mí que soy manso y humilde de corazón”
Jesús no solo nos invita a seguirle, sino a participar en la transformación de nuestras vidas y del mundo. Nos ofrece su «yugo», que es fácil, y su «carga», que es ligera. ¿Qué significa esto? Jesús nos invita a aprender de su mansedumbre y humildad, a abrazar un estilo de vida que, aunque desafiante, es liberador y profundamente gratificante.
El yugo de Jesús no es una carga pesada, sino una vida vivida en amor, servicio y justicia. En un mundo lleno de injusticia, egoísmo y violencia, la fe en Cristo nos impulsa a vivir de manera contracultural. Nos llama a ser agentes de paz y reconciliación, a luchar por los que no tienen voz, a cuidar de la creación y a promover la dignidad humana.
La transformación a la que Jesús nos invita no solo es personal, sino también social. Nuestra fe en Cristo debe llevarnos a cuestionar las estructuras injustas de nuestro mundo y a trabajar activamente por un cambio. Como comunidad de fe, estamos llamados a ser luz en medio de la oscuridad, amor en medio del odio y vida en medio de la muerte.
Conclusión: Una vida nueva en Cristo
La fe en Cristo nos da vida, pero no cualquier vida, sino una vida abundante, plena y transformadora. Esta vida nos conecta con Dios, nos invita a hacer nuestro el proyecto de liberación de Jesús, y nos desafía a ser agentes de transformación en el mundo. En un siglo XXI lleno de desafíos, nuestra fe sigue siendo relevante, no solo para nuestra vida espiritual, sino para la construcción de un mundo más justo y amoroso.
Te invitamos a reflexionar: ¿Qué significa para ti la fe en Cristo hoy? ¿Cómo puedes hacer tuyo el proyecto de Jesús en tu vida diaria? Y, sobre todo, ¿cómo puedes ser parte de la transformación que Dios quiere ver en el mundo?