La palabra que no puede ser quemada: mensaje de Jeremías

La palabra que no puede ser quemada

En el capítulo 36 del libro de Jeremías encontramos un episodio profundamente revelador: el rey Joaquín quema el rollo que contiene la palabra de Dios dictada por Jeremías y escrita por Baruc. Este acto de destrucción simbólica pretende acallar la voz profética, negar la verdad y sofocar la conciencia del pueblo. Pero la Palabra, como expresión viva del Dios que libera y transforma, no puede ser eliminada con fuego.

La escena es contundente. Frente a la incomodidad que produce el mensaje profético —que denuncia la injusticia, la idolatría y la dureza de corazón—, el poder opta por el desprecio y la violencia. Pero Dios no calla. Jeremías vuelve a dictar el mismo mensaje, y se añade aún más: la Palabra no se rinde ante la censura.

Un texto incómodo, un mensaje urgente

La Palabra de Dios no siempre es cómoda. En ocasiones, desmantela nuestras seguridades y desafía nuestras estructuras. En el caso de Jeremías, su mensaje era visto como peligroso por el sistema político y religioso, porque llamaba al arrepentimiento real y a un cambio profundo. Hoy también corremos el riesgo de reducir la fe a eslóganes vacíos, dejando fuera la fuerza subversiva del Evangelio.

Baruc y Jeremías: testigos del Dios persistente

El profeta y el escriba son figuras que representan la fidelidad a la misión, incluso cuando todo parece en contra. El rollo vuelve a escribirse, la verdad vuelve a pronunciarse, porque hay algo más fuerte que el miedo: el compromiso con el Dios de la vida. El Espíritu sigue soplando sobre quienes, como Baruc, ponen por escrito la palabra que edifica, y como Jeremías, se atreven a anunciarla.

Una palabra viva que atraviesa el tiempo

La historia del capítulo 36 no es solo un relato del pasado. Nos interpela hoy, cuando también existen intentos de acallar la verdad, de distorsionar el mensaje evangélico o de olvidar que la fe cristiana nace de una palabra encarnada. Esta palabra sigue viva, sigue siendo proclamada, y sigue ardiendo en los corazones que escuchan con apertura.

La palabra que no puede ser quemada nos llama a resistir desde la esperanza, a hablar con valentía y a vivir con coherencia. En un mundo que teme al poder transformador de la verdad, estamos llamadas a ser testimonio de la palabra que libera y renueva.

Puedes leer el texto bíblico en Jeremías 36 en Bible Gateway.

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Aquest article està basat en la predicació de Ismael Gramaje del 29 de juny de 2025 a l’Església Protestant Sant Pau.

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