¡Dejémonos, de nuevo, abrazar por Dios!

¡Dejémonos, de nuevo, abrazar por Dios!

«Yo te conocí en el desierto, en tierra seca. En sus pastos se saciaron, y repletos, se ensoberbeció su corazón; por esta causa se olvidaron de mí.» ‭‭Oseas‬ ‭13:5-6‬

Pronto olvidamos la experiencia de cuando Dios en Jesús nos salió al encuentro. ¡Nuestro horizonte existencial fue bañado de los colores del arco iris! Al atravesar el umbral de la experiencia de Dios, nuestro interior deseaba estar con aquellos que, como nosotros, confesaban al Cristo como Señor, y éramos incapaces de callar la buena noticia ante los que vida hacía que se cruzaran en nuestro camino.
Pasó el tiempo y todo queda lejano. Recordamos la “experiencia de encuentro”, y se pierde en la neblina de los años. Nos creemos autosuficientes, y llenamos nuestra vida con cosas y experiencias que testifican de nuestro olvido del Dios de Jesús. ¡Uf! Pareciera que se cumple en nosotros, en nosotras, el dicho popular que dice, “de desagradecidos el mundo está lleno”.
¿Qué añadir..? Simplemente decir que todavía hay tiempo de regresar, cual hijos e hijas pródigos, a la casa que nunca debimos abandonar. ¡Nuestro Padre-Madre sigue esperando ver nuestra silueta en el horizonte caminando de regreso al hogar divino!
¡Dejémonos, de nuevo, abrazar por Dios!

Sola Gratia

Ignacio Simal, pastor de Betel + Sant Pau

Adviento, un tiempo propicio para el reencuentro

Eres cristiana. Eres cristiano. Probablemente hace algún tiempo que no asistes a las celebraciones de la comunidad cristiana. Tal vez sientes nostalgia de aquellos días pasados, o tal vez no. No lo sé, pero no te juzgo.

De lo que sí tengo la certeza es de que el Dios que celebramos y bendecimos tiene un interés especial en tu persona. Te ama, y te convoca -nos convoca a todos- a la reconciliación, al seguimiento de Jesús y a su reino.

El próximo domingo, 3 de diciembre, se abre un nuevo año en el calendario cristiano. El calendario se inicia con el tiempo de Adviento, una ocasión para la esperanza, y para hacer memoria de aquel que, por medio de un ángel, anunció a los pastores, en los aledaños de Belén, una buena nueva: “No tengáis miedo, porque vengo a traeros una buena noticia, que será causa de gran alegría para todo el pueblo. En la ciudad de David os ha nacido hoy un Salvador, que es el Mesías, el Señor […] — ¡Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres que gozan de su favor!” (Luc. 2:10-11, 14 BTI)

Adviento es un tiempo propicio para un nuevo comienzo, para tomar aire y reiniciar tu caminar acompañado de hermanas y hermanos que te acogen incondicionalmente, y que compartirán, sin duda, tus tristezas y tus alegrías.

¡Hoy puede ser el momento de regresar a casa!

Ignacio Simal, pastor de Betel+Sant Pau