Nuestra vida solo es digna de este nombre si fluye, si está en movimiento

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Escribe Pablo d’Ors en “Biografía del Silencio“:

“Mediante la meditación, se me ha ido revelando el misterio de la unidad.

Por supuesto que a bucear en el océano de la unidad no se llega sin chapotear durante largo tiempo en las charcas de la división. El agua que no corre se estanca, se pudre y huele mal; eso lo sabemos todos. Pero también se pudre y huele mal toda vida que no fluye. Nuestra vida solo es digna de este nombre si fluye, si está en movimiento. Sea por cobardía o por pereza, sin embargo, o incluso por inercia —aunque casi siempre es el miedo lo que mayormente nos paraliza—, todos tendemos a quedarnos quietos y, todavía más, a encastillarnos. Encastillarse no es solo quedarse quieto; es dificultar cualquier movimiento futuro. Buscamos trabajos que nos aseguren, matrimonios que nos aseguren, ideas firmes y claras, partidos conservadores, ritos que nos devuelvan una impresión de continuidad… Buscamos viviendas protegidas, sistemas sanitarios bien cubiertos, inversiones de mínimo riesgo, ir sobre seguro… Y es así como el río de nuestra vida va encontrando obstáculos en su curso, hasta que un día, sin previo aviso, deja de fluir. Vivimos, sí, pero muy a menudo estamos muertos. Nos hemos sobrevivido a nosotros mismos: hay bio-logía, pero no bio-grafía.”

Intolerancia

“La intolerancia no es sólo un pecado del conservadurismo eclesial, sino también del progresismo” (F.J. Vitoria Cormenzana)

Kierkegaard

“El amor cubre multitud de pecados, ya que cuando no puede evitar el ver u oír, lo cubre silenciando, con una explicación atenuante, con el perdón”

Kierkegaard, S. Las obras del amor. Sígueme, 2006. Pág. 347

Karl Barth… una cita

“Cuando la Iglesia no siente simpatía hacia el mensaje de la libre gracia de Dios — ¡cuando tal vez lo considera demasiado antipedagógico y quién sabe si hasta demasiado peligroso! —, y cuando no ama a la gente, ¡cuando se presenta ante la misma con excesiva precaución y sale a su encuentro con demasiadas recriminaciones!, cuando siente temor ante ese mensaje y se hace para la gente demasiado piadosa y moralizante, ¿qué es entonces la Iglesia? ¡Nada, absolutamente nada!”

Barth, Karl. Ensayos Teológicos. Herder, 1978. Pág. 90

“El evangelio del reino es para Jesús un mensaje mesiánico gozoso y no una amenaza apocalíptica”

(Moltmann, Jürgen. Trinidad y Reino de Dios. Sígueme, 1983. pág. 85)

Karl Barth, sobre la oración

Karl Barth, sobre la oración

Abordamos el tema partiendo del hecho de que Dios acoge. No está mudo, escucha; más aún, actúa. No actúa de la misma manera tanto si oramos como si no oramos. Existe una influencia de la oración sobre la acción, sobre la existencia de Dios. Esto es lo que significa la palabra “acogida”. (Barth, Karl. La oración. Sígueme, 1969. Pág. 23)

¿Unidad?

Juan 17:21

La unidad del pueblo de Dios no puede ser un espejismo, no puede ser algo que de vez en cuando ocurre, no puede ser una ficción. La unidad, como gracia, no se fundamenta en opiniones, sino en la experiencia de encuentro con el Resucitado. Sin unidad, la misión que se nos ha encomendado es un imposible.

(De una predicación que expuse el pasado domingo en Zaragoza)

Lo central…

Lo central en la presencia y desarrollo del “reinado de Dios” no gira en torno a la pregunta, “¿qué debemos hacer nosotros?”, o “¿qué queremos o podemos hacer?”, sino más bien, “¿qué es lo que quiere hacer Dios?” o, mejor, “¿qué es lo que está haciendo Dios entre nosotros?”.

Cuando la teología cristiana se transforma en “dogmática”, traiciona los Textos de los que dice beber.

Ignacio Simal

Dios, en el Espíritu que nos da el Resucitado, nos concede la gracia de consolar, de enjugar lágrimas y de orar los unos por los otros.

Ignacio Simal

Salvación

La salvación mesiánica no debe ser reducida a una mera experiencia religiosa de transformación moral.

-Ignacio Simal, pastor de Betel+Sant Pau