Jesús nos sacó a un lugar de abundancia

Hiciste cabalgar hombres sobre nuestras cabezas; pasamos por el fuego y por el agua, pero tú nos sacaste a un lugar de abundancia” (Salmos 66:12 LBLA)

Algunos de nosotros, antes de que Jesús saliera a nuestro encuentro, tuvimos que navegar por el océano de la existencia no sin enfrentarnos al misterio del significado de la vida. Tal vez pasamos por “fuego”, tal vez atravesamos aguas tumultuosas, pero el Jesús que nos convocaba, nos sacó “a un lugar de abundancia”.

La abundancia, en este momento vestida de sobriedad, la hallamos en la compañía de hermanos y hermanas. Ellos, ellas nos ofrecieron sus vidas para hacerlas una junto a la nuestra. También nos introdujeron en el arcano de las enseñanzas de Jesús que nos acercaron al significado de la vida. De nuestra vida. Ello nos permitió acceder al “para qué” de la existencia: estamos aquí par dar testimonio de que otro mundo, es posible aquí y ahora. Un mundo que podemos crear aquí y ahora por la gracia del Dios que nos mostró el Galileo.

Llegará el tiempo -no atisbo el “cuándo”- en el que nos alegraremos en la consecución final de este mundo como un lugar de abundancia, ya desvestido de sobriedad, en el que todos los seres humanos no necesitaremos expresar dolor, ni gemido, por la ausencia de justicia.

En cualquier caso, disfrutemos y compartamos lo poco o mucho que tengamos a fin de construir, experimentar y confesar que Dios hizo “cabalgar hombres sobre nuestras cabezas; pasamos por fuego y por el agua, pero [Él] nos sacó a un lugar de abundancia”.

Soli Deo Gloria

Ignacio Simal, pastor de Betel + Sant Pau

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