Dios es paciente | Ignacio Simal

“Cuando predico el evangelio, no tengo de qué enorgullecerme, ya que estoy bajo la obligación de hacerlo. ¡Ay de mí si no predico el evangelio! “

‭‭1 Corintios‬ ‭9:16‬ ‭NVI‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬

Dios es paciente con nosotros, hombres y mujeres que poblamos este mundo. Su nombre, expresión de su carácter, es ¡Gracia! Y de ahí que no se imponga sobre la Historia, ni sobre nuestras historias. Sino que conduce todo misteriosamente, sin hacer ruido y sin presiones, hacia la realización de su buena voluntad para con todos nosotros . Y así será hasta la eclosión de los nuevos cielos y la nueva tierra.

Cuando cristianos y cristianos queremos imponer la ética evangélica (o lo que nosotros creemos que es la “ética evangélica”) a nuestras sociedades, el Evangelio deviene en ideología que alumbra distopías. La historia pasada y reciente así lo constata. Y aunque se discrepe de un servidor, no puedo dejar de decir que no deseo un país cristiano. Más bien deseo un pueblo de Dios que se toma en serio el Evangelio de Jesús, y que pone de manifiesto el mundo nuevo según Dios en su espacio social.

Cristianos y cristianas estamos a convocados a proclamar la buena noticia de la gracia de Dios, el Evangelio de Jesús de Nazaret, el Cristo de Dios. Y anunciamos que Dios pasó por alto el tiempo de nuestra ignorancia, y nos dice a todos, grandes y pequeños, que nos arrepintamos, que volvamos en sí, –cual el hijo pródigo de la parábola evangélica–, en medio de un mundo donde no rigen ni la justicia ni la equidad. El Evangelio nos indica el camino de regreso al Creador, Jesucristo, verdad, camino y vida. Y así proclamamos la buena noticia de Dios sin imposiciones, y desde lo que somos, hombres y mujeres refugiados en los amorosos brazos de Dios, nuestro Señor.

Estamos obligados a proclamar el Evangelio, la buena noticia de Jesús. Así que demos buenas noticias respecto de Dios a las gentes que nos rodean, y digamos, por propia experiencia, que hay posibilidad de salvación y sanidad interior en Jesús de Nazaret, y la palabra de la cruz, auténtica sabiduría de Dios para los hombres y mujeres que vuelven en sí en medio de nuestras caóticas sociedades. ¡Tomémonos en serio el Evangelio! El amor y la gracia de Dios nos seduce a ello.

Soli Deo Gloria. Sola Gracia

Ignacio Simal, pastor de Betel+Sant Pau