Semana Santa:Todo acabará bien. Guía para la meditación

Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.
Hebreos 5:7

Él creyó en esperanza contra esperanza
Romanos 4:18

“Puedo transformar todo en bien, sé transformar todo en bien, quiero transformar todo en bien, haré que todo esté bien; y tú misma verás que todo acabará bien.
Julieta de Norwich

semana santa 2018
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Dios, nuestro Señor, puede transformar todo en bien. De tal manera que, como escribiera Juliana de Norwich (1342-1416), “todo acabará bien”. Y es desde esa óptica que leemos los cuatro días que transformaron nuestra existencia. Jesús de Nazaret, durante esos días, contempló en forma de esperanza cierta, que su Abba le vindicaría mediante resurrección, y ello le mantuvo resistiendo en medio del dolor, la oscuridad y la muerte.

Durante estos días meditaremos en la pasión de Jesús en clave de esperanza a través de la lectura de cuatro salmos (leccionario diario): Salmos 27, 22, 43 y 93. Textos donde se pone de manifiesto tanto la oscuridad y el dolor, como la esperanza. Básicamente se describe en ellos la realidad existencial de aquel que cree en esperanza contra esperanza (Ro. 4:18)

Seguiremos tres pasos: 1) memoria: haremos memoria de la historia de la pasión; 2) lectura: leeremos pausadamente tres veces los textos elegidos; y 3) oración: dejamos que el silencio meditativo nos envuelva hasta desembocar en la plegaria silente del corazón.

Ignacio Simal, pastor de Betel+Sant Pau

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Nos salvaremos por el llanto

Nos salvaremos por el llantoescribió mi querido León Felipe. Y pensé que sólo una teología que hace una lectura de los textos sagrados y de la realidad empañada por las lágrimas es la que puede salvar al ser humano. Ese llanto que “está en los versículos de los profetas y en el corazón afligido y engañado del hombre“.

León Felipe
León Felipe

Al leer a León Felipe, caí en la cuenta que el llanto del Maestro, venido de Galilea, permeó todo su decir y hacer. Lloró ante la la tumba de Lázaro, y a través de esa tumba particular derramó lágrimas por todas la tumbas abiertas en la tierra a lo largo de la historia. Lloró también ante la ciudad de Jerusalén, y través de ella sollozó por todas las ciudades irredentas desde la edificada por Caín. Y sudó, en su Getsemaní, “gotas de sangre que caían hasta la tierra”, que es la epítome del llanto.

Nuestros escritos, nuestros sermones, nuestros decires deben estar empapados por el llanto. Porque, en palabras del poeta, “el llanto rompe las fronteras políticas del mundo y hará que un día los hombres se entiendan mejor“.

Ignacio Simal, pastor de Betel+Sant Pau

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La acción de la gracia

Aunque estábamos muertos en razón de nuestras culpas, nos hizo revivir junto con Cristo —¡la salvación es pura generosidad de Dios!—, nos resucitó y nos sentó con Cristo Jesús en el cielo” (Efe. 2:5-6 BTI)

La gracia de Jesús de NazaretA la experiencia de la gracia le sigue la acción continuada de la misma. Todo el ser de la persona dice “sí” a Jesús de Nazaret. Tal vez, en el momento del “sí” no tengamos las cosas muy claras. Vamos, que el “sí” a Jesús no le precede un compendio de teología andante. Pero lo que le sigue es una total apertura a la gracia expresada en el mensaje del Mesías, y experimentada en el “sí” dado.

En esa apertura fundante a la gracia experimentamos su acción en nosotros. Es una acción que ejerce de pedagoga, introduciéndonos en un proceso de crecimiento como seres humanos. Dejamos a un lado el lenguaje de niños para optar por un lenguaje de adultos en medio del mundo. Desentrañamos la realidad que nos rodea percibiéndola en todo su dolor, y nos alienta a llamar las cosas por su nombre evitando eufemismos. La acción de la gracia nos conduce a percibir la realidad a la manera de Jesús de Nazaret: vivimos en un modelo de sociedad cimentado sobre “toda la sangre inocente derramada en este mundo” (Mat. 23:35 BTI) a lo largo de la historia.

La acción de la gracia nos concede la llave para entendernos a nosotros mismos como personas, individual y colectivamente contempladas, con una misión en el mundo. Una misión que echa sus raíces en la vida, muerte y resurrección del Mesías Jesús.

De tal manera es así, que nos entendemos como personas liberadas del peso de esas estructuras de pecado que nos han ido contaminando desde los inicios de nuestra biografía hasta lograr internalizar el pecado en nuestras entrañas. La acción de la gracia nos resucita por dentro para experimentar la liberación de la internalización del pecado en nosotros, y del temor que los poderes de este mundo inspiran así como del miedo a la muerte. De tal manera que proclamamos el mensaje liberador del mundo nuevo “a plena luz” y “desde las terrazas”, sin tener “miedo de los que pueden matar el cuerpo” (Mat. 10:27-28 BTI). En ello experimentamos nuestra adultez como personas en medio de la vida.

Para finalizar debemos afirmar que la acción de la gracia nos concede la capacidad de no amoldarnos “a los criterios de este mundo; al contrario, [nos dejamos] transformar y renovar [nuestro] interior de tal manera que [somos capaces de] apreciar lo que Dios quiere, es decir, lo bueno, lo que le es grato, lo perfecto (Rom. 12:2 BTI). Sólo si somos personas resucitadas por dentro, y por lo tanto fuertes interiormente, seremos capaces de perseverar durante el tiempo de nuestra peregrinación hacia la “tierra prometida” sembrando el mundo de comunidades-semilla, signos primaverales del mundo nuevo que viene.

Soli Deo Gloria

Ignacio Simal, pastor de Betel+Sant Pau

Haz de cada domingo un día especial

¡Haz de cada domingo un día especial!

Después de seis días de ajetreo, llega el domingo. Un día dedicado al descanso del cuerpo y el cuidado de nuestra interioridad.

Por ello, cristianas y cristianos, nos encontramos para celebrar la resurrección de Jesús, nuestro Salvador, y disfrutar de la comunión unos con otros, y todos con el Señor.

Tomamos el tiempo para fortalecernos los unos a los otros a través de la escucha atenta de las Escrituras, la celebración de la Santa Cena, y la alabanza al Dios que tanto nos ama.

¡Haz del domingo un día especial ! Reúnete, celebra, ten comunión fraterna..! ¡No te quedes en casa!

¡Te esperamos!

Ahora veo oscuramente, pero entonces veré cara a cara

«Confío en ver la bondad del Señor en la tierra de los vivos.»
‭‭SALMOS‬ ‭27:13‬ ‭BTI‬‬

Mi esperanza, contra lo que la razón intenta subrayarme, es que un día veré, en plenitud, la bondad de Dios plasmada a lo largo y ancho de los cuatro puntos cardinales. Sé que es una locura, pero ¿no es locura todo lo que indica el Evangelio? (1 Cor. 1:17ss). Confieso que estoy absolutamente imposibilitado para la increencia, por eso creo. Y creo sin atender a las razones de los que, de buena fe, me quieren convencer de lo absurdo de la fe. Incluso en los momentos de mayor debilidad, de feroz lucha interior, la fe siempre ha vencido. La razón de su victoria, reitero, se encuentra en mi discapacidad para la increencia.

Mi esperanza morirá, así como la fe, el día en que vea, en plenitud, la bondad de Dios campando a sus anchas por la tierra que pisan mis pies. Entonces, como escribiera San Pablo, solo existirá el amor (1 Cor. 13). Sí, creo en la vida más allá de la muerte o, dicho a la manera cristiana, creo tanto en la resurrección de la carne como en la de toda la creación (Ro. 8). ¡Cuánta locura evangélica habita en mi corazón!

De ahí que, por tercera vez, afirme, está vez con el salmista, que “confio en que veré la bondad de Dios en la tierra de los vivos”. Creer en el Cristo resucitado me encamina a la resurrección. Mientras tanto dejadme, dejadme que siga sembrando la locura del Evangelio en los corazones de los que se cruzan en mi camino.

Sí, sembraré (como reza el antiguo himno cristiano) tanto en corazones sensibles como en corazones de mármol esa palabra divina que habla del Dios de la gracia, del perdón y de la esperanza. Sí, sembraré mientras viva simiente de amor, y segaré cuando, de nuevo, mis pies pisen la tierra de los vivos en ese día en el que toda ella pueda ser llamada “casa De Dios”.

Ahora veo oscuramente, pero entonces veré cara a cara.

Soli Deo Gloria

Ignacio Simal, pastor de Betel+Sant Pau

Església Protestant Betel + Sant Pau

Piensa, y deja pensar

Wesley“Ten cuidado de no llegar a ser «entusiasta» en tu afán por perseguir a la gente. No te figures que Dios te ha llamado para destruir la vida de los demás (esto es completamente opuesto al espíritu de quien llamas Maestro) en lugar de salvarlas. Nunca se te ocurra forzar a otros a entrar en los caminos de Dios. Piensa, y deja pensar. No obligues a nadie en cuestiones de religión. Aun a aquellos que se encuentran más alejados del camino, jamás los fuerces a entrar por otros medios que no sean la razón, la verdad y el amor.”

(Wesley, John. Sermón 37:37 -Obras de Wesley, editor general: Justo L. González)

Se puede descargar la obra de Wesley en la web del Instituto de Estudios Wesleyanos http://www.iew-la.org/

Manifiesto en motivo del 8 de marzo

La Asociación de Teólogas Españolas, junto con los colectivos Red Miriam, Colectivo Agar, Iglesia Evangélica Española (IEE), Col·lectiu de Dones en l’Església per la Paritat, Grupo Bíblico del Evangelio de Marcos de Torre del Mar, Institución Javieriana, Comunidad de Base de Canillejas (Miguel Ángel Mesa) y Comunidad Inter-Lavapiés, con motivo de la celebración de la mujer trabajadora del 8 de marzo, nos hemos querido sumar a las manifestaciones públicas a favor de las mujeres. De forma festiva, pero también reivindicando la dignidad de las hijas de Dios en este mundo desigual donde frecuentemente se vulneran.

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Amar la vida

Hijos míos, ¡venid y escuchadme! Yo os enseñaré cómo venerar al Señor. ¿Quién es el que ama la vida, y desea días para ser feliz? Guarda tu lengua del mal, y tus labios de la mentira; aléjate del mal, haz el bien, busca la paz, marcha tras ella” (Sal. 34:12-15 BTI)

Venerar al Señor implica amar la vida. El amor a la vida es seguido por una triple opción existencial: hablar verdad, hacer el bien y buscar la paz. Afirma el salmista que el que así hace disfrutará de días felices. Sin embargo debemos tomar en cuenta que en medio de nuestra aldea global la felicidad corre el riesgo de ser infelicidad conforme al estilo de vida que propone el Imperio. La felicidad presente, conforme al mundo nuevo que anunció Jesús, la interpreto como aquella que surge de una limpia conciencia, de una vida sencilla y de un compromiso con la justicia del reino de Dios . En fin una vida que sobre todas las cosas venera al Señor.

Soli Deo Gloria

Ignacio Simal, pastor de Betel+Sant Pau

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