Pongamos que hablo de Jesús de Nazaret

Pongamos que hablo de Jesús de Nazaret. A propósito del Evangelio según Juan, 3:16-21

Fue educado, desde la noche del no-tiempo, en la militancia por un mundo nuevo. Y así fue lanzado al mundo. El mundo, tú, yo y los otros, apenas le conocimos. ¡Qué lástima! Parece que meditar y contemplar su vida y su anuncio es incompatible con las tinieblas en las que estamos inmersos. De ahí que debamos hacer, desde nuestro recinto sagrado, una inmersión en su vida para que ésta nos ponga en nuestro sitio. Durante la inmersión debemos guardar silencio. Dejamos que su vida nos hablé, y nosotros, en ese momento, renunciamos a la palabra para dársela a él. Es entonces, solamente entonces, cuando iniciamos el camino de nuestra salvación-sanación interior. No tememos que su luz desenmascare nuestra conducta, nuestros pensamientos profanos. Es un momento doloroso, pero que nos abre los ojos a un nuevo horizonte: el mundo nuevo. Y de pronto sentimos que, como él, somos también lanzados al mundo para sembrar esperanzas entre nuestros maltratados compañeros de viaje, nuestros prójimos.

Ignacio Simal, pastor de Betel+Sant Pau

Tot és finit – Todo es finito

Tot és finit. No tot dura per sempre. Inevitablement la vida va passant i amb ella les oses i les persones que imaginàvem que sempre estarien aquí. Quan ets un nen, penses que els teus éssers estimats són immortals, fins que, un dia et despertes i sols veus l’absència i la memòria….. Ells ja no hi són. Els amics i les amigues amb els quals pensaves viure la teva vellesa i la seva amistat, per un raó o una altra, la seva presència s’ha convertit amb vuit..

Els projectes i somnis que havies imaginat a l’arribar a la vellesa s’han esvaït.. . I, així podríem continuar enumerant infinitat de situacions que creiem “eternes” i que mostren clarament la seva finitud.

Justament la nostra vida, a la seva mateixa finitud, té gravada la petjada de Déu. Per descobrir i atresorar la saviesa, és qüestió de permetre que els ulls de la nostra consciència vegin el que a simple vista, ningú és capaç de veure.

Soli Deo Gloria

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Todo es finito. No todo dura para siempre. La vida inevitablemente va pasando, y con ella las cosas y las personas que imaginábamos que siempre iban a estar ahí. De niño piensas que tus seres queridos son inmortales, hasta que un buen día te despiertas y sólo ves ausencia y memoria… Ellos ya no están. Amigos y amigas con los que pensabas vivir tu vejez y su amistad, por unas razones u otras han tornado su presencia en vacío. Proyectos y sueños con los que imaginabas llegar a viejo se desvanecieron. Y así podríamos continuar enumerando infinidad de situaciones que creíamos “eternas”, y que mostraron descaradamente su finitud.

Nuestra vida, justamente en su finitud, tiene estampada en sus entrañas la huella de Dios. Para descubrirla, y atesorar sabiduría con ella, es cuestión de permitir que los ojos de nuestras conciencias vean lo que nadie, a simple vista, es capaz de ver.

Soli Deo Gloria

Ignacio Simal, pastor de la Església Protestant Betel+Sant Pau

La gracia, fundamento del mundo distinto

«Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores?» (Mc. ‭2:16‬)

AcogidaLa comunidad cristiana, reunida en torno a la mesa de Jesús, es la casa del Dios de toda gracia. En ella hay lugar para aquellas personas que las que se consideran “justas” y “sanas” en cuerpo y alma las colocan en el paquete de “las otras”, las transgresoras impenitentes de la ley divina. En la mesa de la casa de Dios los primeros lugares están reservados para ellas.

Ya nos enseñó nuestro Maestro «que los publicanos y las rameras van delante de [los justos y sanos] al reino de Dios.» (Mt. ‭21:31‬)

Soli Deo Gloria

Ignacio Simal, pastor de Betel+Sant Pau

Las iglesias ¿signo del mundo distinto en medio de la historia?

“El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio” (Mc. 1:15)

El centro de la buena noticia (Evangelio) de Jesús es la presencia del mundo distinto, según Dios, en medio de la historia. Solo la experiencia de ese otro posible (el reino de Dios se ha acercado) es la condición de posibilidad de que las personas caigan en la cuenta de que debieran dar otra dirección a su vida (arrepentimiento), y comprometieran su existencia con la buena noticia de Jesús (creer en el Evangelio).

Solo la manifestación del Espíritu y el poder de Dios a través de comunidades que visibilizan mundo distinto es lo que es capaz de persuadir a las personas a encauzar sus existencias a través del camino de Jesucristo (1Cor. 2:1-4). Solo cuando la santidad es entendida como separación del Imperio para hacer “contraimperio” es revolucionaria y trastoca el mundo no-distinto en el que nos movemos (Hch. 17:6).

De ahí que la pregunta que toda comunidad cristiana debiera hacerse constantemente, a modo de examen de conciencia, es: ¿qué signos-rastros del mundo distinto según Dios (reino de Dios) se palpan en su espacio? Ahí está el meollo de la cuestión que responderá acerca de nuestra fidelidad al camino de Jesucristo, al Evangelio de Dios.

Ignacio Simal, pastor de Betel+Sant Pau

¿Quién es el que ama la vida..?

“¿Quién es el que ama la vida..?” (Sal. 34:12 BTI)

Todo ser humano está convocado a amar la vida contracorriente. Las Escrituras nos enseñan que la persona que ama la vida lo manifiesta a través de su conducta, y desea vida tanto para él como para su prójimo. De ahí que guarde sus labios de hablar engaño, se aparte del mal que rige nuestro mundo, transite por el sendero del bien, busque incesantemente la paz haciéndose discípula de ella. Su opción existencial le motivará a la alegría como alguien que vive la plenitud la vida, pero no sin los males que provoca un caldo social que está construido para el mal y la muerte. Pero de todo le librará el Señor, pues le dará la fuerza necesaria para resistir sus embates. Ya desde antiguo se afirmó que “muchas son las aflicciones del justo (del que ama la vida a la manera de Jesús), pero de todos ellas le librará el Señor” (Sal. 34:19).

Soli Deo Gloria

Ignacio Simal, pastor de Betel+Sant Pau

Dónde se manifiesta el poder de la Cruz

El poder del Dios de Jesús y la radicalidad del Evangelio se ponen de manifiesto, especialmente, en el vigor de la vida interna de las comunidades cristianas. Tal vez, en ningún otro espacio se muestran tan claramente como en las comunidades que son de la fe de Jesús. De ahí que a través de la predicación del Evangelio se pone de manifiesto (en las comunidades de fe) la reconciliación obrada en la cruz de Cristo: ¡la Palabra de la cruz es poder de Dios en los que transitan el camino de salvación del sistema “imperial”! De otra forma haríamos vana la cruz de Cristo (1Cor. 1:17,18).

Soli Deo Gloria

Ignacio Simal, pastor de Betel+Sant Pau

Dios siempre nos mira con buenos ojos

Toda la felicidad que podamos experimentar en nuestra existencia, sea desbordante o serena, es subsidiaria de la gracia del Dios del cielo. Y cuando la vida nos sume en el trance del dolor, la gracia divina corre en nuestro auxilio fortaleciendo nuestra interioridad a fin de que no desfallezcamos. Todo es gracia, y en ella esperamos en todo momento, ya sea en el momento de la tristeza o en el momento de la alegría. Dios, nuestro Señor, siempre nos mira con buenos ojos. ¡Qué o a quién debemos tener! Miremos al pasado, al transcurrir de nuestra vida hasta aquí, y veremos cómo Dios ha estado con nosotros y ha conducido nuestros caminos para bien. Su gracia nos ha acompañado ¿no es así..? Por todo ello, hoy, nos encontraremos en nuestras respectivas comunidades a fin de dar gracias, junto a nuestras hermanas y hermanos, al Dios que se hizo carne el Cristo, y dio un giro benefactor a nuestra vida.

Soli Deo Gloria

Ignacio Simal, pastor de Betel+Sant Pau

Miércoles de ceniza, pleno de esperanza

Miércoles de ceniza, pleno de esperanza:

Regresaremos a la tierra y el barro. Destino inexorable de todo ser viviente. Pero no será un final. No, no será el final. Llegará el día en que el reloj de la historia marcará la hora de las esperanzas cumplidas, y despertaremos de nuevo a la vida.

Nuestros ojos volverán a ver los mil colores de la primavera, y nuestra nariz sentirá sus olores por siempre jamás. Y Dios, de nuevo, volverá a pasear por la tierra “al fresco de la tarde”. Y al escuchar sus pasos, saldremos presurosos en su busca. Le acompañaremos en su paseo, y conversaremos como buenos amigos acerca de la belleza de la vida. ¡Bendita esperanza! ¡resucitaremos!

Ignacio Simal, pastor de Betel+Sant Pau

Tal vez morderemos el polvo que queremos evitar

Lucas 18:9-14

Tal vez morderemos el polvo que queremos evitar. Sí, lo morderemos cuando comencemos a sentirnos mejores que los demás. Sí, lo morderemos cuando comencemos a depositar nuestra confianza en nuestro despliegue de piedad, y no en la gracia de Dios. Sí, lo morderemos cuando en nuestro fuero interior pensemos que se debiera anteponer a nuestro nombre el apócope de “santo”. En fin, lo morderemos cuando comencemos a mirar por encima del hombro a nuestras hermanas y hermanos.

¿Qué somos? Mujeres y hombres que, como el publicano de la parábola, solicitamos, de forma constante, la compasión divina; ya que, dicho en lenguaje bíblico, ¡somos pecadores! Hombres y mujeres que, como el apóstol Pablo, dicen de sí: «Realmente no acabo de entender lo que me pasa ya que no hago lo que de veras deseo, sino lo que detesto.» (Ro. ‭7:15‬ ‭BTI‬‬).

¡Humildad, hermanos, humildad! Necesitamos grandes dosis de humildad para evitar compararnos al alza con nuestro prójimo. Solo así viviremos nuestra cotidianidad envueltos en el perdón de Dios, y en cercanía fraterna a nuestros prójimos. De no ser así, no lo dudemos, morderemos el polvo que queremos evitar.

14 de febrero de 2018, miércoles de ceniza

Ignacio Simal, pastor de Betel+Sant Pau

La Palabra viene a nosotros

Silencio acompañado por el constante sonido del ventilador del calefactor. Hace frío. Leo textos antiguos. Textos que, a través de los siglos, han resucitado de la muerte a infinidad de corazones heridos. Millones de ojos han fijado su mirada en ellos. Ansiaban inundar sus pupilas de esperanzas ciertas, y su deseo se veía cumplido.

Sin embargo, aunque faltaran esos sagrados textos, Dios no nos golpearía con el silencio. Vendría a nosotros, llenaría nuestro corazón con una Palabra de estímulo y de consolación, tal y como cuentan que hacía en el pasado con sus amigos los profetas. Y es que como escribiera un cristiano antiguo, ¡Nadie puede encadenar la Palabra de Dios! (2 Tim. 2:9b). La Palabra de Dios goza de la libertad más absoluta para salir a nuestro encuentro a través de las formas y medios más extraños. Aunque es verdad que siempre corremos el peligro, al igual que le sucedió al joven Samuel (1Sam. 3:1ss.), de confundir la voz de Dios con las voces humanas, y viceversa.

Por todo ello oro a favor de los que me leen, y digo con palabras antiguas, “que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre a quien pertenece la gloria, os otorgue un espíritu de sabiduría y de revelación que os lo haga conocer. Que llene de luz los ojos de vuestro corazón para que conozcáis cuál es la esperanza a la que os llama, qué inmensa es la gloria que ofrece en herencia a su pueblo y qué formidable la potencia que despliega en favor de nosotros los creyentes, manifestada en la eficacia de su fuerza poderosa” (Efe.1:17-19 BTI).

Señor, ¡gracias! ¡gracias por ofrecer a nuestros corazones heridos el confortable refugio de los sagrados textos!

Soli Deo gloria

Ignacio Simal, pastor de Betel+Sant Pau